El testimonio de Alba, que sufrió una agresión sexual bajo sumisión química

El testimonio de Alba, que sufrió una agresión sexual bajo sumisión química

“Lo último que recuerdo es ir al baño de la discoteca y de golpe encontrarme a metros de distancia del local. Me pregunté asustada: ‘¿Qué hago aquí?’”.

Alba (nombre ficticio), de 30 años, se despertó mareada, con marcas en el cuerpo y semidesnuda. Eran las 6 de la mañana, estaba sola y no sabía lo que le había pasado durante horas. No llevaba encima ni el móvil ni la cartera y en la discoteca tampoco tenían su mochila. Sin pensarlo demasiado y a toda prisa, se las apañó para llegar a casa de una amiga. A partir de ese momento, Alba viviría las próximas horas “en automático”.
 
Al fin estaba en un hospital acompañada de su amiga y de un equipo de profesionales sanitarios que fue atendiéndola progresivamente. Poco a poco, llegaron las exploraciones físicas, ginecológicas, psiquiátricas y los diferentes análisis. “Cuando me preguntaron qué me había pasado les contaba la historia como si la hubiera visto desde fuera. Estaba completamente disociada”.
 


Lo último que recuerdo es ir al baño de la discoteca y de golpe encontrarme a metros de distancia del local”
Alba, 30 años. Víctima de violación bajo sumisión química.


Además del estado de shock en el que se encontraba, Alba se tuvo que tomar la píldora del día después a modo preventivo y recibió medicación de todo tipo: “Me tomé tranquilamente hasta 16 pastillas en un solo día”. Ni su amiga ni la enfermera se separaron de su lado desde que entró al hospital a las 8.30 de la mañana hasta que se marchó al mediodía. “Me sentí muy arropada”.
 
Aunque en los análisis no se encontraron resultados positivos en drogas había indicadores suficientes que había sido violada bajo sumisión química. Alba tenía arañazos en pecho y espalda, moratones en la zona de la mandíbula y en los brazos. Además, perdió el conocimiento de manera abrupta —durante más de dos horas— y esa noche no ingirió más alcohol del que bebe normalmente.

Alba ha denunciado la agresión para reflejar la magnitud del problema y conocer el resultado de las pruebas ginecológicas.

Las últimas pruebas que quedaban por analizar eran las ginecológicas, pero estas solo se envían al laboratorio si la víctima decide denunciar. “Opté por hacerlo para conocer los resultados y dejar constancia de la magnitud del problema, de todas las violaciones que no llegan a conocerse nunca”.

Cita La vanguardia

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